Las relaciones entre República Dominicana y Venezuela tienen sus raíces en la época del dictador Rafael Leonidas Trujillo. En 1958, tras la huida del entonces presidente venezolano Marcos Pérez Jiménez hacia la República Dominicana, Rómulo Betancourt asumió la presidencia en Venezuela. Betancourt, reconocido por su firme oposición a los regímenes dictatoriales, estableció lo que se conoce como la doctrina Betancourt, la cual se negaba a reconocer gobiernos que no fueran electos democráticamente.
Esta postura enérgica contra Trujillo llevó a un intento de asesinato contra Betancourt en 1960, un evento que resultó en sanciones impuestas por la Organización de Estados Americanos (OEA) a la República Dominicana. La oposición de Betancourt al régimen de Trujillo culminó en el magnicidio del dictador en 1961, un acontecimiento que marcó el inicio de un cambio significativo en la política dominicana.
Más adelante, en 1978, la situación política en la República Dominicana se vio afectada por la intervención militar en las elecciones, lo que generó el rechazo tanto de Venezuela como de Estados Unidos. Este contexto de presión internacional fue crucial para facilitar una transición pacífica de poder en el país caribeño.
Las tensiones históricas entre ambas naciones reflejan una lucha constante por la defensa de la democracia y el respeto a los derechos humanos, temas que aún resuenan en la política contemporánea de la región. La relación entre República Dominicana y Venezuela continúa siendo un tema de análisis y debate, especialmente en un contexto global donde la democracia se enfrenta a múltiples desafíos.