Santo Domingo. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en República Dominicana recuerda que, en caso de confinamiento, las escuelas deben ser las ultimas en cerrarse y las primeras en abrir.
Cada vez existen pruebas más contundentes acerca de los efectos negativos del cierre de las escuelas en los niños, niñas y adolescentes, y cada vez hay más evidencia de que las escuelas no incrementan las cifras de la pandemia.
Hablar del cierre de las escuelas en este momento es dejar sin acceso a la educación a más de dos millones de estudiantes en la República Dominicana, en especial del sector público, ampliando las brechas de inequidad con el sector privado.
Ninguna educación no presencial, sustituye al aprendizaje presencial, y esto es más evidente cuanto más pequeño es el niño. Desde marzo 2020 hasta septiembre 2021 las escuelas en el país estuvieron complemente cerradas, los estudiantes continuaron una educación a distancia, complejizando una situación previa a la pandemia de bajo aprendizaje de los estudiantes, teniendo mayor incidencia en los más pobres y en estudiantes con discapacidad.
UNICEF aplaude el esfuerzo titánico del país, por brindar las mejores oportunidades posibles de aprendizaje en el curso 2020-2021 y mantener al mayor número posible de estudiantes vinculados a la escuela durante la educación a distancia, siendo clave en este logro el personal escolar, las familias y los estudiantes.
Sin embargo, los estudiantes para aprender bien necesitan a su docente. Está demostrado que los niños que no van a clases presenciales reducen en gran parte su aprendizaje; varios estudios han confirmado que la capacidad de los niños de leer, escribir y realizar operaciones matemáticas básicas se ha deteriorado, y las habilidades que necesitan para salir adelante en la economía del siglo XXI han disminuido en el año escolar anterior.
“Pero no solo aprenden menos, debido a la ausencia de las comidas escolares, la nutrición de los niños más vulnerables podrá empeorar, debido a la falta de interacciones diarias con sus compañeros y la reducción de la movilidad, pierden su forma física y ya han mostrado trastornos psicológicos, como ansiedad o depresión, durante el período escolar pasado. Asimismo, al no disponer de la red de seguridad que suele brindarles la escuela, las niñas están más expuestas al abuso y a las uniones tempranas, y los varones al trabajo infantil”, agrega la Dra. Rosa Elcarte, representante de UNICEF en el país.
La mayoría de las escuelas del país estuvieron completamente abiertas desde septiembre a diciembre del 2021, concluyendo un primer cuatrimestre con la valoración positiva del Ministerio de Salud, quién estableció que la reapertura de las escuelas no generó aumento de los contagios. Esto significa que la reapertura escolar, acompañada de cumplimiento estricto de protocolos de seguridad, ha sido efectiva en el Sistema Escolar Dominicano.
Incluso en países donde más del 90% de los estudiantes tienen acceso a internet, y por lo tanto más facilidad para tener clases virtuales, y además tienen cifras relativamente más altas de COVID que en República Dominicana, los niños están yendo a clases presenciales.
En el país existe una situación compleja de bajo acceso a internet de los adolescentes, por lo que es imposible hablar de educación virtual para todos. Solo el 20% de los adolescentes tienen acceso a internet, siempre que lo necesita, y la mitad (46%) solo usa internet a través del celular.
UNICEF solicita al gobierno, al sector educativo y a las familias a que intensifiquen los esfuerzos de vacunación con las 3 dosis a todos los docentes y personal administrativo del sistema educativo, así como a los adolescentes de 12 a 18 años y, si el gobierno mantiene su compromiso acordado en 2020, que vaya iniciando la vacunación de los niños entre 5 y 12 años, especialmente los niños con comorbilidades.
“Apelamos al personal escolar, las familias y comunidades para que continúen poniendo todo su empeño y compromiso en garantizar que los niños, niñas y adolescentes tengan acceso a una educación en las clases con su profesor, que favorezca su aprendizaje y los proteja de los efectos negativos de la educación no presencial. Para ello, y dentro de las medidas de bioseguridad -ya por todos conocidas-, UNICEF quiere remarcar que es muy importante la ventilación continua de las aulas de clases y el uso permanente de mascarillas por parte de niños, profesores y personal de apoyo” concluyó la Dra. Elcarte.