Estados Unidos, Argentina, Chile, Perú, Guatemala y Costa Rica han expresado su rechazo hacia la reciente victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de Venezuela. Estos gobiernos han puesto en tela de juicio la transparencia y legitimidad del proceso electoral, considerando que fue un evento marcado por el fraude.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, manifestó su “seria preocupación” ante los resultados publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. Criticó la falta de representación de la “voluntad” del pueblo venezolano en los resultados anunciados, lo que evidencia la creciente insatisfacción internacional hacia el régimen de Maduro.
Por su parte, el presidente argentino, Javier Milei, se unió a las voces de rechazo, subrayando que el proceso electoral careció de legitimidad y no refleja la verdadera voluntad del electorado venezolano. Este consenso entre naciones latinoamericanas y Estados Unidos destaca la preocupación por la democracia en Venezuela y el respeto a los derechos humanos.
Los países mencionados han reiterado su apoyo a la oposición venezolana y han instado a la comunidad internacional a actuar en defensa de la democracia en la nación caribeña. Esta situación se enmarca dentro de un contexto más amplio de inestabilidad en la región, donde la lucha por la democracia y la transparencia continúa siendo un tema central. La atención internacional sobre Venezuela resalta la urgencia de buscar soluciones a la crisis que enfrenta el país, tanto en lo político como en lo social.
