Nueve jueces se propusieron este martes determinar cómo sería el futuro de Internet si la Corte Suprema de Estados Unidos redujera el alcance de una ley que algunos creen que creó la era de las redes sociales modernas.
Esa vacilación, junto con el hecho de que los jueces se adentraban por primera vez en un nuevo territorio, sugiere que es poco probable que el tribunal, en el caso que nos ocupa, emita una decisión radical con ramificaciones desconocidas en uno de los juicios más observados de este periodo.
Las empresas tecnológicas grandes y pequeñas han estado siguiendo el caso, temerosas de que los jueces puedan cambiar la forma en que los sitios recomiendan y moderar el contenido en el futuro y hacer que los sitios web sean vulnerables a docenas de demandas, amenazando su propia existencia.
El caso ante los jueces fue presentado inicialmente por la familia de Nohemi González, una estudiante estadounidense que fue asesinada en un bistró de París en 2015 después de que terroristas de ISIS abrieran fuego. Ahora, su familia busca responsabilizar a YouTube, una subsidiaria de Google, por su muerte debido a la supuesta promoción del sitio, a través de algoritmos, de videos terroristas.
La familia demandó en virtud de una ley federal llamada Ley Antiterrorista de 1990, que autoriza tales demandas por lesiones “en razón de un acto de terrorismo internacional”.
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